La evolución de la enseñanza de la Escritura Creativa

Por Alexander Prieto Osorno

Antes de 1930, el aprendizaje de la Escritura Creativa se hacía en tertulias de taberna donde los jóvenes acudían a mostrar sus obras y a ser valorados por los mayores. Esto también ocurría, en menor medida, en los centros educativos y en las instituciones culturales. Eran fiestas de debates, alcohol y drogas, enfrentamientos de vanidades e intercambio de chismes. En la misma mesa departían poetas, pintores, arquitectos, abogados, novelistas, médicos y personas de muchas profesiones y oficios, que enriquecían las discusiones con sus múltiples puntos de vista.

Estas tertulias donde los aficionados a la literatura acudían a aprender a escribir, a adquirir cultura y a divertirse prosperaron en la segunda mitad del siglo XIX, cuando la industria editorial estaba en pleno desarrollo y auge, y por primera vez en la historia los autores podían vivir con la venta de sus obras a las editoriales. París, Londres, San Petersburgo, Nueva York, Buenos Aires, Madrid, Praga, México, en todas las capitales con industrias editoriales fuertes abundaban los bares de encuentro entre los artistas. Allí se recomendaban lecturas y autores clásicos y nuevos, se lanzaban críticas (constructivas y destructivas) sobre las obras de los tertulianos y todos aprendían y practicaban los recursos de la Escritura Creativa para mejorar sus obras. Era allí donde los autores jóvenes se ganaban, con la creciente calidad de sus textos, el respeto de los mayores y su recomendación ante las editoriales para la publicación de sus obras.

Los primeros talleres regulares dedicados al aprendizaje y la enseñanza de la Escritura Creativa (sin alcohol y drogas, o con muy pocas) surgieron en varias universidades de Estados Unidos en la década de 1930, cuando algunos profesores aficionados a la creación literaria comenzaron a reunirse una vez por semana para debatir, aprender y compartir lecturas, recursos técnicos y textos propios. A diferencia de las tertulias de taberna, los participantes de estos talleres eran profesores de literatura (a los que luego se sumaron filólogos y lingüistas), con un gran conocimiento de las obras clásicas y modernas. Muchos de ellos eran expertos en Teoría Literaria y, en particular, en las teorías sobre cómo se construye el discurso y una obra literaria. Esto le dio un sentido más profesional a la formación de la Escritura Creativa, le confirió respaldo académico, pero al mismo tiempo aisló este tipo de conocimiento únicamente al ámbito universitario y academicista.

A mediados del siglo XX numerosas facultades de literatura de Estados Unidos y Europa ya ofrecían cursos y talleres de Escritura Creativa, y hoy casi todas las universidades del mundo brindan este tipo de formación, impartido por profesores de literatura. En las tertulias de taberna se aprendía (y se aprende) la Escritura Creativa de la mano de creadores literarios en activo y con suerte de algunos que son realmente narradores innovadores. En cambio, en los cursos universitarios los alumnos aprenden de profesores de literatura, que en general jamás han escrito una obra creativa. En otras palabras, en las universidades se aprende mucho de Teoría Literaria, y se practica y se aprende poco la verdadera Escritura Creativa, que bebe de múltiples fuentes y que sigue viva en ciertas tertulias de taberna donde concurren personas de diferentes oficios y profesiones que enriquecen con sus diversas perspectivas los debates acerca de las nuevas y ancestrales técnicas y recursos de la creación de personajes e historias novedosas.

En Literaula somos conscientes de esa evolución y por eso nuestros cursos de Narrativa Creativa, Novela Moderna y Bestseller se nutren con los aportes interdisciplinares de nuestro equipo de profesores y consultores, que son creadores en activo en sus diferentes ámbitos. Tenemos buenos amigos y cooperamos con profesores de Escritura Creativa de universidades de varios países de Europa y América, pero a diferencia de ellos, que no pueden salirse de la Teoría Literaria que se estudia en las facultades de literatura, en Literaula investigamos otras formas narrativas ancestrales y eficaces como los chistes, la tradición oral y los aportes de variadas fuentes de conocimiento, para optimizar la calidad, diversidad y profundidad de los textos de nuestros alumnos. En Literaula estamos comprometidos con la innovación y la mejora de la Escritura Creativa que sigue en evolución, como las sociedades modernas.

Alexander Prieto Osorno, periodista y escritor, experto en Técnicas Narrativas y Creatividad Aplicada, es el Coordinador General del Programa Literaula.